Nos entendíamos

Jean Scott (1917)

Habiendo conocido Lanza del vasto por sus libros, le envíe la traducción de uno de sus escritos del francés al inglés. Primero la rechazó categóricamente: “los ingleses tienen a Gandhi, no necesitan mis escritos”. Más adelante, sin embargo, estuvo de acuerdo en que tradujese sus libros.

Era un auténtico placer trabajar con él. Nos encontrábamos en París en casa de una prima de Chanterelle. Luego me invitó a la Borie-Noble para trabajar juntos allí. Sus compañeros estaban un poco reticentes, ¡debían pensar que teníamos demasiada connivencia! Es verdad que Shantidas me hacía mucho reír. Le leía mis traducciones mientras tallaba su bastón. Creía dominar el inglés pero a veces se equivocaba e insistía y me reprochaba de haber traducido yo mal…

Así que realicé varias estancias en la comunidad del Arca. A pesar de la particularidad de mi caso, puesto que yo no estaba allí para comprometerme con la comunidad, tuve allí algunos buenos amigos. Me recibía muy bien Yvonne, y Shantidas venía a mi casa a tomar el café. Sus discípulos pedían infusiones pero él tomaba café.

No tengo religión ni creencia pero esto no suponía un problema: nos entendíamos en el respeto común que teníamos por la vida de los animales, siendo ambos vegetarianos por respeto.

Para mí Lanza era un hombre de teatro, no un gran dramaturgo pero un muy buen actor. Un poco machista porque le tocaba a Chanterelle el secretariado, y cuando viajaba con él me tocaba a mí comprar los billetes… Un día que estábamos alojados en casa de una prima actriz, pensaba que estaba echándose la siesta cuando había ido a ver una película bastante atrevida. “También hay que ir a ver lo que la gente ve” me explicó. En verdad era realmente un gran hombre, un ser humano completo.

Traduje la Peregrinación a las fuentes y mi versión fue utilizada para la traducción alemana; y después Umbral de la vida interior, Las cuatro plagas…etc. Sólo se me pagó una de las siete traducciones que llevé a cabo en los años setenta, pero yo no buscaba un salario; sin haber hecho votos dentro del Arca, trabajaba por la difusión de su enseñanza.

Como Chanterelle encontraba que mis traducciones avanzaban demasiado despacio, acepté enclaustrarme en un convento de Béziers para trabajar sin distracciones. Un día, llegó una religiosa: “hay alguien que quiere veros, parece un profeta…” ¡y el profeta me arrastró rápidamente hacia un café!

Todo lo bueno que me ha venido en la vida desde que dejé mi trabajo de profesor, me vino por Shantidas. Cuando he querido trabajar para ganar dinero no ha funcionado, pero cuando he hecho lo que he querido realmente, incluso sin ser pagado, he vivido bien.